• Sáb. Sep 28th, 2024

Por Elizabeth Rivera Avelar

Miembros de la comunidad Wixárika que radican en el municipio de Mezquitic demandaron a las autoridades de Gobierno del Estado de Jalisco la entrega de apoyos económicos para realizar las ceremonias y revertir los daños generados por la construcción de la carretera Amatitán-Huejuquilla indicó Flavio Torres, traductor de Pablo Carrillo Valenzuela, Gobernador Tradicional de la comunidad de Tuapurie.

“Entonces, es muy importante señalar que se violentaron las deidades, o sea que se perturbaron y de alguna manera se tiene que resarcir los daños espiritualmente, posiblemente ya no se pueda volver a su estado como estaban, pero al menos cumplir las mandas con las ceremonias, que es un proceso de cinco años, por eso se solicita la cantidad que ya se menciona”, expresó.

Durante la visita del Gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez al Paso del Oso, se realizaron compromisos verbales entre el mandatario jalisciense y el Gobernador Tradicional de la comunidad Wixárika de Tuapurie. Un tema crucial fue el incumplimiento de compromisos de la administración pasada, por lo cual solicitaron 300 mil pesos para continuar con los procesos ceremoniales pendientes de cinco años. Además, se demandó una aportación de 421 mil 150 pesos para reparar los daños en el pasaje sagrado para los peregrinos que fue afectado durante la construcción de la carretera.

El Paso del Oso es considerado camino principal hacia Wirikuta, sufrió la remoción de monolitos y perturbaciones a sus deidades sagradas. Aunque resulta imposible devolver el lugar a su estado original, la comunidad busca cumplir sus mandatos espirituales a través de ceremonias.

A pesar de la visita del Gobernador y los acuerdos alcanzados, la comunidad Wixárika espera un diálogo continuo para resolver asuntos pendientes. Indican que aunque el Gobernador ha anunciado la entrega de la obra en redes sociales, dicha entrega formal no ha ocurrido. Por lo tanto, consideran la situación como una violación a sus derechos humanos, esperan una notificación formal y coordinación con sus autoridades para que las cosas se hagan correctamente.

En cuanto a los daños causados durante la construcción de la carretera, el Paso del Oso vio removidos sus monolitos sagrados, lo que afectó profundamente la estructura cultural y espiritual del lugar. A pesar de que algunos daños se atendieron parcialmente, la comunidad insiste en un resarcimiento completo para restablecer, aunque sea en parte, el valor espiritual del sitio dañado.

La comunidad Wixárika confía en que se cumplan los compromisos acordados verbalmente, subrayando la importancia de la palabra dada entre los gobernantes y esperando que tanto el gobierno estatal como la comunidad cumplan con sus respectivas responsabilidades.

Por Elizabeth Rivera Avelar

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