Por Elizabeth Rivera Avelar
Los corridos tumbados surgieron apenas en 2019 y han sido muy populares, porque “conectan” con los jóvenes que quieren tener éxito y dinero rápido, como los personajes que relatan en sus letras, explicó el investigador del Colegio de la Frontera Norte, José Manuel Valenzuela Arce.
El sociólogo que reside en Tijuana estuvo en Guadalajara para presentar en la FIL su libro “Corridos tumbados. Bélicos ya somos, bélicos morimos”, bajo el sello de la editorial de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Los corridos tumbados tienen antecedentes en grupos como Los Tigres del Norte y Los Tucanes de Tijuana, que hicieron corridos con letras menos explícitas que los tumbados, en los años 70 y 90.
“El caso de los tumbados, es un consumo exaltado, es esta idea que yo llamo ‘un presentismo intenso’, un ‘presentismo juvenil’, un vivir el ahora al límite, a toda velocidad y lo exhiben en sus canciones. Es la idea de presumir el consumo de drogas y bebidas finas. El tema del consumo de marcas como un elemento que supuestamente los valida, el éxito de sus vidas”, explicó.
El autor señaló que prohibir los corridos tumbados, como sucede en Chihuahua, no resuelve nada. Lo que deben hacer los gobiernos es atender de fondo los problemas de falta de acceso a las universidades y promover empleos mejor remunerados para los jóvenes e impulsar una recepción crítica de esas canciones.
Los principales exponentes de este género son Peso Pluma, Natanael Cano, Luis R. Conriquez y en forma reciente, El Padrino Toys, de apenas 16 años de edad.