Por Haremy Reyes
Uno de los santos más venerados en México, San Judas Tadeo, estará presente en Jalisco a través de su reliquia del 20 de enero al 4 de febrero, visitando los principales recintos religiosos del estado como la Catedral Metropolitana, el Santuario de los Mártires, incluso en los Hospitales Civiles y en los Centros de Readaptación Social, explicó el Arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.
“Es natural, es explicable, que muchos hermanos y hermanas sientan la devoción a San Judas Tadeo por sus necesidades, necesidades a veces muy serias, muy graves, que humanamente no se pueden resolver. Está bien, es válido y es explicable, pero no olvidemos que la auténtica devoción tiene que asumirse, tiene que vivirse desde lo que el santo significa, que es un apóstol, es decir, un elegido por Cristo, que lo conoció, que caminó con él, escuchó su mensaje, lo vio muerto y lo vio resucitado.
En respuesta a la gran devoción que tiene el pueblo mexicano a San Judas Tadeo, la Congregación para las Causas de los Santos ha concedido el permiso para que la reliquia tomada del brazo de San Judas, que se venera en la Basílica de San Salvatore in Lauro en Roma, visite nuestro país; por este motivo, desde el pasado 29 de julio y hasta el próximo 11 de abril, esta reliquia de primer grado visitará 24 diócesis de México.
También visitará otras regiones fuera de la zona metropolitana de Guadalajara como San Martín Hidalgo, Tequila, San Cristóbal de la Barranca y Jocotepec.
A través de la veneración de las reliquias, los fieles pueden ganar la indulgencia plenaria o pedir su intercesión para la obtención de favores o milagros. Más allá de estas gracias, la Iglesia propone a los santos como modelos para inspiración o ejemplo con sus vidas e imitarlos con el deseo de vivir también en santidad y llegar al cielo.
Mediante una circular, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, estableció que en la diócesis, para acceder a indulgencias es necesaria la peregrinación o romería; la escucha de las catequesis preparadas para la ocasión y la veneración de las reliquias; además de las condiciones de costumbre: confesión reciente, comunión sacramental, rezo del Credo, Padrenuestro, Ave María y Gloria, pidiendo por las intenciones del Papa Francisco y por los fieles difuntos.