Por Haremy Reyes
Con tan solo tres años de edad, Laia N, pudo escuchar por primera vez después de que fue sometida a un implante coclear realizado por médicos especialistas del Hospital General Regional No. 46 y de la Unidad Médica de Alta Especialidad Hospital de Pediatría, del Centro Médico de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guadalajara, explicó la Audióloga Cynthia Rosalía Cárdenas Contreras.
“Estamos llevando a cabo un proceso nuevo para el Instituto que son programas de implantes cocleares. Se lleva a cabo a través de un equipo multidisciplinario que afortunadamente lo hemos llevado a cabo en segundo y tercer nivel de atención. Esto es para detectar la hipoacusia profunda bilateral neurosensorial en niños y que se puedan beneficiar de romper esa barrera de la discapacidad auditiva y puedan volver a escuchar a través de un implante coclear”.
La especialista indicó que la paciente pediátrica fue diagnosticada hace aproximadamente año y medio en este nosocomio. Se realizaron diversas pruebas para detectar la hipoacusia, entre ellas el tamiz auditivo, potenciales evocados auditivos de tallo cerebral y potenciales evocados auditivos del estado estable. Tras el uso de aparatos auditivos y de varios meses de Terapia del Lenguaje no se observaron mejoras, por lo que se inició protocolo de implante coclear.
El director general de la Unidad de Pediatría, Carlos Francisco Moreno Valencia, explicó que este programa permite intervenir a pacientes que cursan con hipoacusia profunda bilateral mediante la colocación de un dispositivo electrónico en el aparato auditivo, con lo que pueden escuchar y tener un desarrollo adecuado del lenguaje.
En tanto, la otorrinolaringóloga del Hospital de Pediatría, Ana Paula Vázquez Navarro, detalló que los implantes cocleares para casos de hipoacusia profunda bilateral son una buena opción para que niñas y niños escuchen con normalidad tras comprobarse que son candidatos a la intervención.
La madre de Laia, la señora Libni “N”, compartió que recibir el diagnóstico fue muy difícil al inicio porque significó adaptarse a la condición de la niña y reestructurar la dinámica dentro del hogar. Sin embargo, una vez iniciado el protocolo de cirugía y tras haberse realizado el implante coclear, siente tranquilidad y alegría porque sabe que el paso más importante ya se llevó a cabo.
“Fue algo inesperado, algo que cambió nuestra dinámica familiar. Lo primero fue buscar qué íbamos a hacer para mejorar su calidad de vida. Conforme ha avanzado el tiempo fue disminuyendo esa angustia de decir ‘tengo una niña sorda’, ahora yo lo veo como parte de su vida, pero la verdad es que nos han ayudado muchísimo, siento que fue muy rápido desde que me citaron a otorrino en el Hospital de Pediatría al día que se realizó la cirugía”, comentó.