Por Elizabeth Rivera Avelar
La marcha por el Día Internacional de la Mujer, que se llevará a cabo este viernes 8 de marzo, en el caso de Guadalajara, este año estará llegando a su décima edición. Ya como una movilización más organizada, cada vez es más amplia y más diversa, indicó la activista, académica y experta en el tema de género, Guadalupe Ramos Ponce.
“Ahora que esta marcha tenga este eco y tenga esta convocatoria tan amplia, pues nos da mucha alegría, pero también nos dice que hay algo que está pasando, que hay algo que está ocurriendo y que moviliza a las jóvenes, sobre todo a las jóvenes, pero también a las mamás y a las abuelas. Varias de las chicas que llegan dicen, ‘es que va a ser mi primera marcha’, pero además lo dicen con tal emoción, de que ‘es mi primera marcha’, y esa emoción de participar y de pensar en colectivo y de exigir en colectivo también, pues nos hace más fuertes”, expresó.
Ramos Ponce recordó que el origen histórico de este movimiento es la lucha de las mujeres trabajadoras, originado por mujeres como Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, quienes a principios del siglo XX lucharon contra la desigualdad y la precariedad laboral, ya que, de la muy mencionada huelga de trabajadoras textiles en Nueva York, no hay indicios de la veracidad.
Guadalupe Ramos indicó que en los últimos años, las marchas por el 8M han girado en torno a las violencias, ya que, en la medida en que las mujeres se han incorporado a los espacios públicos: tanto laborales, académicos y políticos, las violencias se han agudizado.
En las marchas actuales, un gran número de asistentes son jóvenes, niñas y mujeres indignadas por todo el contexto violento que las rodea y quienes se han integrado a las protestas por la conexión que tienen en las redes sociales, lo que también facilita la organización de la movilización.
La activista destacó que la red Yo voy 8 de marzo, que organiza la protesta más antigua, surgió con la idea de que fuera de forma horizontal y sin liderazgos.
Antes, recapituló, más atrás de la última década, las asociaciones de colectivos lésbicos y los grupos feministas como Cladem ya se movilizaban en torno a esta fecha, aunque de forma más orgánica y para reivindicar los derechos de las mujeres.
Ramos Ponce reconoció que ahora, ver marchas masivas del 8M le genera una gran emoción, pero también es una alerta de la gravedad de la situación de las mujeres que las hace salir a las calles a protestar.
Recordó que hace dos décadas, aproximadamente, a una marcha del 8M acudieron únicamente ella y las mujeres de su espacio familiar, incluyendo a su hija y a sus sobrinas, marcharon con siluetas que representaban a las mujeres asesinadas y por la Vía Recreativa “para no sentirse tan solitas”.
Ahora, la marcha no solo ha crecido en número, sino también en sedes, pues ya han comenzado a haber movilizaciones en diversas ciudades del estado de Jalisco, como: Zapotlanejo, Tepatitlán, Lagos de Moreno, Ocotlán y Puerto Vallarta.
“Antes, las compañeras de las colectivas feministas venían a Guadalajara a la marcha y, desde el año pasado, se animaron a hacer sus propias marchas. Digo se animaron porque los riesgos que viven en estos lugares, que son más pequeños y donde todo el mundo las conoce, y donde luego no son tantas mujeres las que salen a la calle, viven otras situaciones de riesgo, pero aún con todo eso, desde el año pasado tuvimos movilizaciones y, sobre todo, en los municipios de los Altos de Jalisco”, expresó.
Al final de la marcha en Guadalajara, se proyectará un mensaje en una pantalla que estará centrado en el rechazo de la agudización de la violencia, contra los feminicidios y las desapariciones de personas, y reprobará todas las violencias cotidianas que afectan a las niñas y a las mujeres jaliscienses.
Después, se va a proyectar un documental sobre el feminicidio debla psicóloga y universitaria, Imelda Virgen, asesinada el 29 de septiembre de 2012, caso para el cual aún no se ha dictado sentencia definitiva.