Por Rodrigo Rivas
A los 8 años, Kevin cometió su primer delito, el robo a un comercio fue el comienzo de su “carrera” en una organización delictiva en la que duró más de 10 años y lo llevó a cometer hasta secuestros virtuales y extorsiones.
El joven, que pasó por el reformatorio y recayó volviendo a delinquir, consideró un milagro haber podido salir de la banda en que estaba sin sufrir represalias.
“Me gustó mucho el prestigio y la fama que tenía la banda traer un buen carro, traer dinero, traer mujeres, drogas; me movió más el piso y más porque en mi familia había mucha lacra. Dios es el que realmente me ha impulsado (a salir) y el estar ayudando a otros jóvenes también”, relató.
Kevin dijo que ahora con su testimonio buscan ayudar y animar a otros jóvenes a romper con los lazos o influencias que los han llevado a delinquir; destacó que no ha sido un trabajo sencillo, pero ha logrado llevar más de 3 años sin consumir drogas, ni delinquir.