Por Rodrigo Rivas
El incremento en Jalisco del rezago educativo y del acceso a los servicios de salud contraviene la presumida disminución de la pobreza en el Estado, consideró el académico Ricardo Fletes Corona, jefe del Departamento de Desarrollo Social del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.
El investigador señaló que ambos indicadores son claves para evaluar si hubo o mejoras en la calidad de vida de las personas.
“Me parece que si hay un aumento en la carencia de esos servicios no tiene por qué reducir la pobreza, querría decir entonces que la alimentación mejoró muchísimo, que la seguridad social mejoró muchísimo y que la vivienda mejoró muchísimo; y no está sucediendo así entonces hay elementos como para sospechar que hubo algún manejo de los datos o que se omitió algún indicador”, cuestionó.
En la más reciente evaluación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se refiere que 37.1% de la población estatal, 3.1 millones de jaliscienses, no está afiliada a ninguna institución pública de salud; en 2016 sólo 17.6% carecía del servicio.
Sobre el rezago educativo, la revisión evidenció que pasó de 18.5 en el 2020 a 20.4 en el 2022, lo que implica que un millón 737 mil personas no acuden a la escuela.