Por Haremy Reyes
No todas las maternidades son iguales y así como hay mamás que celebran, otras que buscan a sus hijos desaparecidos, otras que extrañan, también están las que luchan todos los días por lograr la verdadera inclusión de sus hijos con alguna discapacidad, como el caso de Irene Macías, mamá de Andrés y Pablo, ambos con autismo y dislexia y que describe cómo es ser mamá desde la neuro diversidad.
“Yo recuerdo los primeros festivales en el preescolar, todos los niños bailando y cantando y el mío parado y llorando, llegamos a una fiesta infantil, todos los niños divirtiéndose y yo en la puerta porque el niño no se quiere meter, y es cuando empieza una crítica social de qué mala eres, no lo educas, tú estás mal, tú lo predispones”.
Recordó que cuando por fin tuvo el diagnóstico de lo que les ocurría a sus hijos, en parte sintió un alivio, pero un desafío, aunque el aprendizaje también fue no justificarlos, no consentirlos, sino ayudarlos para que cumplan con sus obligaciones.
“La siguiente gran batalla es con el sistema educativo, porque si bien tú no estabas preparado para una condición diferente, las escuelas tampoco lo están, y esperan las respuestas iguales de todos los alumnos, como si fueran puerquitos, los niños en general son diferentes, pero un niño con autismo, con dislexia, tiene aún mayores dificultades.”