Por Elizabeth Rivera Avelar
La gestión del agua en las ciudades enfrenta un desafío crítico que demanda un cambio de enfoque hacia un modelo más inclusivo y multidisciplinario, afirmó Arturo Gleason Espíndola, doctor en Urbanismo y profesor-investigador del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
La creencia de que el agua es un recurso infinitamente disponible ha llevado a confiar únicamente en grandes obras hidráulicas, como presas, para satisfacer la demanda creciente. Sin embargo, Gleason advierte que esta perspectiva es obsoleta y se debe reconocer que cada vez es más difícil contar con agua limpia y accesible.
“Tenemos una idea de que el agua es infinita en un sentido de disponibilidad en cuanto a cantidad y calidad y que simplemente basta ser grandes obras como presas para poder a satisfacer la sede de la creciente de las de las de las ciudades son comunidades, pero no es así paradigma es no tenemos toda el agua limpia disponible cada vez es más difícil y tenemos que transitar hacia un ejercicio profesional de la ingeniería civil que presuponga que hay poca agua limpia y que esa poca agua limpia tenemos primeramente que racionalizar y utilizarla con mucha inteligencia, pero no pensar que es infinita”, expresó.
El especialista destacó que se ha mantenido un paradigma limitado que supone que el manejo tecnológico del agua es exclusivo de los ingenieros civiles.
“Esto debe cambiar”, sentenció, subrayando la relevancia de incorporar otras disciplinas como la geografía, arquitectura, urbanismo, sociología y ciencia política para afrontar la complejidad del problema.
El experto sostiene que la racionalización y el uso inteligente del recurso son imperativos, así como reconocer la participación limitada de los ingenieros en la administración pública.
Arturo Gleason impartió una conferencia virtual desde Berlín titulada “El papel del ingeniero civil en la crisis del agua” en el foro internacional Ingeniería Sustentable 2024, organizada por la Coordinación de Servicios a Universitarios de la UdeG y el Colegio Metropolitano de Ingeniería Civil en su intervención, el ingeniero urbanista destacó que la centralización de decisiones en manos de una sola disciplina no es viable dada la complejidad del problema del agua.
Propone un cambiante enfoque hacia tecnologías más sostenibles como la reutilización de aguas residuales y grises, y la integración de sistemas de tratamiento biológico. También, resalta la importancia de la digitalización en la ingeniería civil hidráulica, permitiendo simulaciones y mediciones en tiempo real que ayuden a una mejor toma de decisiones.
Gleason Espíndola también llama la atención sobre la necesidad de cambiar la visión tradicional del drenaje urbano. Pese a que el Área Metropolitana de Guadalajara recibe más de 1000 mm de lluvia al año, el enfoque ha sido eliminar rápidamente el agua de las zonas urbanas. “El nuevo paradigma debe centrarse en la retención, aprovechamiento y reutilización del agua antes de desecharla”, sugirió.
Por último, el investigador cuestionó el modelo lineal del ciclo del agua vigente. Afirmó que este enfoque transforma el agua utilizada en residuales que impactan negativamente el ecosistema acuático y generan pérdidas económicas significativas. Gleason aboga por un replanteamiento serio y una reflexión profesional para mejorar la praxis de quienes trabajan en el campo del agua.
En conclusión, Gleason Espíndola llama a una acción urgente y colaborativa para reformular la gestión hídrica, asegurando su sostenibilidad mediante un enfoque integrador de múltiples disciplinas y tecnología avanzada.
La problemática del agua en las ciudades requiere un cambio de enfoque que reconozca que los ingenieros civiles no son los únicos expertos en tecnología hídrica. Esto debe cambiar, y es fundamental incluir también a geógrafos, arquitectos, urbanistas, sociólogos y politólogos, advirtió Arturo Gleason Espíndola, doctor en Urbanismo y profesor-investigador en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).