• Jue. Sep 19th, 2024

Por Elizabeth Rivera Avelar

Un grupo de al menos diez calandrieros se oponen al cambio de calandrias tiradas por caballos a eléctricas que pretende aplicar el Ayuntamiento de Guadalajara.

Samuel Gaviño, con 26 años como conductor de calandrias tradicionales, manifestó que está en contra de la modificación, señaló que las autoridades del Gobierno Municipal quieren imponer el nuevo modelo y terminar con la tradición original, que en su caso implica tres generaciones.

“Como nos dijeron desde un principio, no es que las calandrias no van a desaparecer, sí es cierto, no van a desaparecer, quien va a desaparecer, van a ser los calandrieros con esa reforma. Porque ahorita con estos carros eléctricos, cualquier persona que traiga una licencia de conducir, le dan una licencia de conducir, le dan unos cursos de capacitación de turismo y cualquier persona va a poder manejar eso y las calandrias, actualmente las calandrias son con caballo y es una tradición de generación tras generación. Yo aquí en las calandrias, yo soy la tercera generación que trabaja en las calandrias, fue mi abuelo, fue mi padre y actualmente yo”, expuso.

El propietario y conductor de calandrias expresó preocupación por el proyecto eléctrico de Ayuntamiento de Guadalajara con el modelo de comodato que incluye múltiples requisitos, pidió respeto a la tradición y condiciones de trabajo con caballos. 

Rechazo maltrato animal, ya que tienen dos caballos por calandria y los descansan con un día intermedio de trabajo, agregó que los atienden los mejores veterinarios especialistas en caballos.

Los argumentos principales de Samuel se centran en la continuidad de una tradición que ha pasado de generación en generación dentro de su familia y la de muchos otros conductores. 

También manifiesta que nunca han sido consultados adecuadamente desde que la iniciativa comenzó en 2017, sintiendo que es una imposición más que una conversión propuesta en el proyecto.

Gaviño destaca que el supuesto maltrato animal, que es uno de los argumentos del Gobierno para impulsar la conversión, no es tal en su experiencia, ya que los caballos reciben cuidados intensivos, descansan y son atendidos por veterinarios especializados. Insiste en que el sistema de trabajo con los caballos y las condiciones de su bienestar han sido implementados por ellos mismos mucho antes de las normas impuestas por el Ayuntamiento.

“El gobierno ha vendido el maltrato animal ahí en las calandrias, pero nosotros hemos demostrado otra cosa. Desde que empezó todo esto en 2017, eso era una imposición. Nos querían imponer todo eso, porque vendieron como maltrato animal esta situación. Nosotros les hemos demostrado que los caballos están en buenas condiciones. Condiciones de trabajo y cuidado de los caballos: Trabajan un día, al día siguiente descansan, trabajan otro día y así sucesivamente. Los atienden los mejores veterinarios especialistas en caballos: es el médico Rubén Anguiano Estrella y Jorge Plasencia Botello, ellos son los médicos veterinarios certificados, certificados que siempre nos han estado revisando los caballos,” indicó.

Además, el hecho de que las nuevas calandrias eléctricas sean otorgadas bajo un comodato (préstamo) y no en posesión completa, es visto como una medida restrictiva que podría hacer desaparecer a los conductores tradicionales en favor de nuevos operadores que solo necesitarían una licencia de conducir.

Samuel, junto con otros nueve o diez propietarios que aún desean trabajar con sus caballos, pide que se les permita seguir operando bajo las normativas vigentes sin ser forzados a adoptar el modelo eléctrico.

“Me quieren quitar a mí mi autorización, mi permiso… ellos quieren que yo les firme el acuerdo o el comodato donde yo acepto retirar mi caballo y mi calandria del centro para que ellos me presten el carro eléctrico. Al fin de cuentas es prestado y cuando ellos quieran nos lo van a quitar. Está bien, si quieren meter las eléctricas, que las metan, pero que nos dejen trabajar a los que queremos seguir trabajando con caballos, nosotros queremos seguir trabajando con nuestros caballos”, comentó.

Destaca que la tradición de las calandrias tiradas por caballos no debería desaparecer y que el verdadero problema es la falta de diálogo y consideración por parte del Ayuntamiento a quienes desean mantener esta práctica.

“Lo que ellos quieren es desaparecernos a nosotros los calandrieros con esa situación de los carros eléctricos.”

El conductor de calandrias comunicó que actualmente están operando 16 calandrias eléctricas y hay 39 calandrias que se movilizan con caballos, “cada calandria que anda circulando con caballos tiene dos caballos por calandria”.

La principal demanda de Samuel Gaviño y de sus compañeros de oficio contra del modelo propuesto por el Ayuntamiento de Guadalajara para cambiar las calandrias tradicionales a eléctricas, es mantener la tradición y respetar las condiciones de trabajo con caballos, sin imponer un cambio obligatorio hacia el modelo eléctrico, lo cual sienten podría terminar no solo con los caballos en las calles, sino con su estilo de vida y su patrimonio cultural.

Por Elizabeth Rivera Avelar

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