Por Elizabeth Rivera Avelar
Familiares y amigos de María Alejandrina Arellano Serrano, una de las dueñas de una casa de cambio que está desaparecida desde el pasado 24 de julio, se manifestación en Casa Jalisco, exigieron a las autoridades una respuesta clara y rápida para encontrarla.
Los familiares anotaron que, contrario a lo expresado por la Fiscalía del Estado, confirmaron que el responsable apoderado legal sí ha comparecido ante esas autoridades y ha estado colaborando con ellas desde el primer día, aclaró Zoé Sánchez, hija de la mujer desaparecida.
“Es mi hermano y mi hermano desde el día uno ha estado presente, dando toda la información, todos los requisitos que se le han solicitado. De hecho, justamente el día domingo en la noche, estuvimos en Fiscalía mi papá y yo, estuvimos viendo videos, le llaman sábana y ayer mismo se le comentó que mi hermano estuvo todo el día jueves, parte del viernes, dando toda la información que las autoridades nos están solicitando”, relató.
Según declaraciones de la hija de Nina, la desaparición se produjo junto con la de su chofer, quien apenas llevaba dos días trabajando para la familia. Agregó que de acuerdo con la sábana de llamadas el último punto de ubicación de Nina es la colonia Paseos del Colli.
Destacó que la familia ha colaborado en todo lo posible.
“La principal inconsistencia es la afirmación del Fiscal de que el dueño del negocio no ha comparecido, lo cual es totalmente falso. Mi hermano ha estado disponible y facilitando toda la información requerida”, aseguró la hija.
La hija de la desaparecida defendió vehementemente la integridad de su madre y de su negocio, subrayando que la casa de cambio operaba bajo estrictas normativas y con toda la documentación en regla ante las autoridades financieras.
“El negocio es vulnerable, pero siempre hemos trabajado de manera honrada y transparente. No se puede criminalizar a una familia que ha sido víctima”, expresó.
La hija de María Alejandrina reveló que la familia había recibido amenazas de extorsión antes de la desaparición, pero que nunca les dieron importancia ya que no consideraban tener enemigos. Estas amenazas no se reportaron formalmente sino hasta después del secuestro.
Desesperados y con el corazón en la mano, los familiares de María Alejandrina hicieron un llamado a la comunidad y a la familia del chofer desaparecido para unirse en la búsqueda de justicia. Insistieron en que cualquier información, por mínima que sea, podría ser crucial para encontrar a sus seres queridos.
“Pedimos a las personas responsables que entiendan el dolor que estamos viviendo. Queremos que nuestra madre regrese a casa y que este mal sueño termine”, concluyó entre lágrimas la hija de Nina
En medio de la rabia y el dolor, los manifestantes exigen una pronta y efectiva respuesta de las autoridades, esperando que sus voces sean escuchadas y que María Alejandrina Arellano Serrano y su chofer sean encontrados con vida.