Por Elizabeth Rivera Avelar
El Colectivo Nacional de Mujeres por la Igualdad calificó como “una aberración jurídica” la aprobación de la Ley Contra la Violencia Vicaria en Jalisco. La organización, a través del integrante Rodolfo Ruiz Vega, pidió a los diputados locales no dejarse presionar en la toma de decisiones legislativas.
Ruiz Vega expresó que si la Ley Contra la Violencia Vicaria se implementa solo en beneficio de las mujeres, los hombres podrían cambiar su género para solicitar los mismos derechos.
“Si te dicen algo tan absurdo y estúpido, de que solamente las mujeres sufren este tipo de violencia, pues aquí en el estado de Jalisco, desde hace cuatro años hay un decreto de identidad de género con el cual tú puedes cambiarte del género masculino al género femenino y entonces tendremos que pelear las custodias en igualdad como mujeres, porque si lo haces como hombre, ya escuchaste a mis compañeros, el simple hecho de que solicites convivencia o más tiempos con tus hijos o denuncies a la mujer madre o los familiares del padre la denuncian por malos tratos, es el delito. Pero si te conviertes en mujer, ¿qué crees? Puedes secuestrar a tus hijos, puedes hasta asesinarlos y no va a haber pena que te ayude”, declaró.
Comentó que el decreto de la Ley Federal establece el delito de esta violencia la ejercida a través de una tercera persona, sin limitarse a las mujeres.
El escenario propuesto por el Colectivo sugiere que muchos hombres optarían por un cambio de género masivo para buscar igualdad en custodias y derechos. Refirieron que desde 2020 a 2022, unas 2,000 personas en Jalisco cambiaron de género y se espera que esta cifra alcance 3,500 para el 2024.
El Colectivo resaltó que el cambio de género podría utilizarse para obtener beneficios laborales y de custodia, los cuales dicen actualmente son más accesibles para las mujeres. Ruiz Vega señaló que, en la práctica, los hombres que se reconocen legalmente como mujeres intentarían acceder a los mismos derechos y beneficios.
Finalmente, el Colectivo enfatizó que la violencia no tiene género y que las leyes deben garantizar igualdad ante la legislación. La crítica se centra en ”evitar que las reformas legislativas inclinen injustamente la balanza hacia un género, promoviendo así auténtica igualdad entre hombres y mujeres“.