Los cuatro jóvenes originarios de Colotlán que desaparecieron en Zacatecas y cuyos cuerpos fueron recientemente encontrados eran gente de bien, de familia, y es incomprensible que los hayan privado de la vida, lamentó el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega.
“Era gente de bien, gente normal, gente de familia que no andaba en malos pasos, no se sabe el móvil, no se sabe por qué, hasta allá deberían de llegar las autoridades en su investigación, primero a descubrir quién fue y por qué, los motivos y hacer justicia, esto nos hace mucho daño como sociedad, tanto a las personas que sufren el dolor de la pérdida de un ser querido al no ver justicia, aparte del dolor de perder al hijo, a la hija, al familiar, no ver que se haga justicia”.
Señaló que este tipo de hechos hacen mucho daño como sociedad y sobre todo a las familias que tienen que ver la impunidad ante la tragedia que viven.
En otro caso que sigue sin aclararse y sin justicia, Robles Ortega consideró que el estado mexicano puede encontrarse rebasado al cumplirse siete meses del asesinato de los sacerdotes jesuitas que provocó el arranque de jornadas de oración por la pacificación de México en todo el país.
Insistió en que la falta de justicia desalienta a las víctimas pero también alienta a los delincuentes porque se dan cuenta que pueden hacer lo que quieran sin enfrentar consecuencias.
Finalmente, ante la cercanía de las fiestas patronales de San Juan de los Lagos, aunque pertenece a otra Diócesis, al ser un evento multitudinario, el prelado pidió a peregrinos y autoridades intensificar las actividades preventivas para evitar accidentes.
Haremy Reyes